Un raro reivindicando el hashtag que todos necesitamos

El individualismo lo ha torcido todo, desde el hombre que se hizo a sí mismo hasta los que construyeron un imperio desde un garaje. Porque no sería digno de admiración si Jeff Bezos dijera que sin su madre no hubiese llegado donde está. Si Elon Musk reconociese el valor que tuvo relacionarse con las personas adecuadas, en el momento adecuado. Hay gente que se olvida que para construir un imperio desde un garaje, primero hay que tener un garaje. Que nadie se hace a sí mismo, nos hacen los demás junto a nuestras experiencias vividas. Todos somos resultado de nuestras condiciones, tanto materiales como emocionales.

Si tenemos la humildad de reconocer esto, tal vez podamos llegar a valorar y ensalzar la figura de todas las personas que nos acompañan en nuestro camino.

Como padre de una niña con capacidades diferentes, soy consciente de que Sayen nunca podrá tener un trabajo, y necesitará ayuda para las cosas más elementales, como comer o desplazarse. Sin embargo, ella tiene mucho que ofrecer a nivel emocional: puede ser la motivación de una rehabilitadora o el desafío más grande de un logopeda. Desde luego para mí… lo es todo. Viendo sus esfuerzos y cómo cada día se levanta sonriendo, pese a sus múltiples dificultades, me hace pensar que quizá el discapacitado soy yo, o somos todos nosotros, los que no alcanzamos a ver la inmensidad que atesoran estos niños.

Sayen y Rober en sl sofá de casa

Sayen y su papá, en casa

Escuchaba el otro día a Diego Ruzzarin, alguien a quien admiro mucho y también padre de un niño con capacidades diferentes, una frase que decía: “…Las personas que requieren cuidados, dotan de sentido a su cuidador”. Esa frase resonó dentro de mi durante días, porque eso es exactamente lo que hace conmigo: Sayen me dota completamente de sentido, mis objetivos y mis proyecciones de hoy en día tienen que ver con el impacto tan grande que ha sido ella para mí, el haber tenido la oportunidad de ser el padre y cuidador de Sayen. ¡Y qué suerte tenerla! Porque me obliga a no rendirme ante la adversidad.

Vivimos en una época en la que parece que los discursos de odio han tomado un papel representativo en la mayoría de medios; también en el panorama político. Odio contra quien piensa, siente o ama diferente. Odio incluso contra quien ha tenido la desgracia arbitraria de nacer en un lugar en conflicto.

Primer plano de Rober y Sayen mirándose a los ojos

Sayen y Rober mirándose a los ojos

Creo que ante este clima debemos hacer algo, que el amor y los cuidados sean Trending Topic, restar protagonismo a quien solo quiere dividir. Necesitamos referentes a quienes no les de miedo ni vergüenza proclamar su vulnerabilidad, que somos seres interdependientes, que nos necesitamos los unos a los otros. Y qué bueno que sigue habiendo gente dispuesta a ser amable y educada, que nos trata con respeto y amor… Todo esto no sale en las noticias, ni abre debates televisivos, pero ocurre diariamente y creo que, hoy más que nunca, hay que ponerlo de actualidad, porque lo necesitamos.

Y esto me lleva a hacer una reivindicación en la que creo profundamente: necesitamos urgentemente reconocer el valor de las personas con capacidades diversas en la sociedad, solo nos hace falta humildad y empatía para verlos como iguales, como personas valiosísimas que pueden ayudarnos a ser mejores, porque nosotros también somos vulnerables y potencialmente necesitaremos cuidados en algún momento de nuestra vida. Pregúntate, cuando te relaciones con alguien “discapacitado”: ¿Cómo quiero que me traten?. Porque en realidad te estás mirando a ti mismo dentro de 40, 50 ó 60 años.